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Las corbatas de mi padre
En un armario de mi dormitorio guardo decenas de corbatas que he ido adquiriendo a lo largo de toda mi vida. Hay una gran variedad de colores y dibujos; azules, rojas, verdes, naranjas, violetas, amarillas…de flores, rayas, lunares, animalitos, formas geométricas, etc. La mayoría de ellas eran antes de mi padre, él siempre se ha preocupado de que sus hijos llevaran el mejor traje, la mejor corbata y, como no, un buen nudo que la acompañara. Circunstancias de la vida hacen que ahora sea yo el que día tras día lleve estas corbatas.
Todas y cada una significan algo en mi vida; recuerdos de una ocasión, de una amistad, de una colaboración, de un regalo, de una despedida, de un encuentro, de una nostalgia, de un pasado, de un presente y de un futuro. Es un signo de mi estado de ánimo, de mis alegrías, de mis penas, de mis relaciones con el trabajo, en definitiva es un signo de mi forma de ser, de mi forma de pensar y de mi forma de vivir.
Las corbatas son signos externos que a veces utilizamos con frecuencia y a veces las abandonamos y son muy cambiantes con los estados de ánimo y con las circunstancias que se presentan en nuestra vida diaria: ir al trabajo, ir de fiesta, ir de pase con tus amigos, celebrar algo importante, etc.
La herencia “inter vivos” de mi padre no se limita a un armario con corbatas. Las personas guardamos en un armario interior que no está al alcance de todos, una serie de signos que nos identifican muy bien cómo somos y que reflejan de forma muy clara nuestra personalidad y nuestra forma de ser. La herencia de la que hablo se llama corazón y dentro de él tenemos dos grandes cajones donde guardamos nuestros principios y valores. Principios como la libertad, hospitalidad, solidaridad, defensa y promoción de la vida. Valores como el sacrificio, honestidad, compromiso, respeto a los demás, responsabilidad, disciplina. Todas estas palabras guían y obran la figura de Magooli desde el momento en el que echó a andar.
Así como las corbatas pueden acompañarnos en algunas circunstancias y en otras pueden quedar colgadas en el armario de casa, las cosas que guardamos en nuestro corazón siempre van con nosotros y con nuestra familia y eso…eso no nos abandona nunca.